Los indigenados

colectivo1

(De cuando me enfurecí otra vez por la mala frecuencia de los colectivos que llevan pasajeros de Buenos Aires a La Plata y versavice)
21:00
Para los muchos que viajamos de Buenos Aires a La Plata luego de un día de trabajo la diferencia entre volver parado o sentado es abismal.
21:02
Pero a veces volver parado e incómodo es volver más rápido. Vivimos en esa dualidad entre el confort o la velocidad del regreso. Ambas nunca
21:04
Por eso me acabo de violentar. Un chofer nos dijo, para no cargarnos parados, que atrás venía un bondi vacío. Yo, iluso, confié.
21:06
Efectivamente, el bondi vacío apareció con la ilusión de volvernos a nuestra ciudad sentaditos y cómodos. Pero se salteó la parada.
21:06
Nos quedamos haciendo fuck you a distancia. Atónitos ante el engaño. Con la impotencia de los perdedores.
21:08
Por eso decidí tomar represalias. Insté a todos los frustrados pasajeros a seguirme. Omití prometer que no los iba a defraudar.
21:10
Lo bueno de las avenidas es que tantos semáforos pueden igualar la carrera entre un colectivo y un corredor como yo y mi horda de indignados
21:11
Corremos por avenida Alem. Me cuesta tuitear y uno me dice que no sea boludo y siga corriendo. Somos 17 indignados. Corremos hace 3 cuadras.
21:12
El semáforo en rojo nos da una mano. Le descontamos media cuadra al colectivo traicionero. Somos 17 indignados voraces y desencantados.
21:13
La señora más rezagada y de anchas caderas se queda sin aire. Abandona la carrera. Se desploma. No hay tiempo para saber si vive.
21:14
Ahora somos 16 indignados. Corremos como índigenas. Nos autobautizo «indigenados».
21:15
Algunos han tomado palos y piedras. El bus se acerca a la próxima parada. Le descontamos una cuadra de carrera.
21:17
Estoy seguro que el colectivero nos vio venir por el retrovisor. Sus maniobras son imprudentes y apuradas. Somos 16 indigenados.
21:20
Somos 14 indigenados. Dos se comieron una columna de la vereda de la Avenida Alem. No frenamos a atenderlos. Respiramos destrucción.
21:22
De pronto cuento a mis soldados. No somos 14. Columnas de ciudadanos desenfrenados siguen mis pasos de guerrero medieval.
21:23
La furia descarnada contagió a las masas. Corremos desaforados. Nos acercamos al colectivo traidor. Somos como 300 indigenados.
21:27
El colectivero no tiene salida. El semáforo cambió a rojo y el mar de tránsito lo obligó a frenar. Estamos a media cuadra. Huelo muerte.
21:28
Al final no era olor a muerte, había un camión atmosférico a 30 metros de nosotros.
21:31
Seguimos desenfrenados. La caca no nos amedrenta. El colectivero perdió. Arañamos la baulera. Respiramos contra el cristal de la puerta.
21:32
Abrí la puerta con el aliento y arrojé al chofer a la manada. Fue como tirar un alce a 800 leones hambrientos.
21:33
Fue así realmente. Se lo están comiendo.
21:36
La calle es un infierno indescriptible. Un festival de sangre, destrucción y caos vehicular. Dos leen «50 sombras de Grey» y se tocan.
21:37
Estoy arriba del colectivo. Buceo en el caos de mi mochila. Tomo mi desodorante personal y cerillas. El improvisado soplete es mi aliado.
21:40
El fuego se propagó rápidamente. Hay toda una fila de asientos en llamas. Reclamo lo que resta del cadáver. Nadie reniega al crematorio.
21:42
Las primeras sirenas despabilan los sentidos enajenados de la masa bárbara. Se dispersan como hormigas.
21:44
Me escabullo entre los milimétricos espacios del océano vehicular. El humo negro me acortina. Tomo distancia y sé que lo lograré de nuevo.
21:46
A tres cuadras de mí, policías y bomberos atestiguan el horror. Intentan atrapar culpables. Camino a otra parada de bondi.Ojalá pase rápido.

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